Por intermedio de esta poderosa herramienta, a través de su formalización y sistematización podremos conocer un modo de expresión, que simboliza la relación dinámica que percibimos que ocurre entre el micro y el macrocosmos.

Asimismo, por medio de la interpretación de nuestra experiencia vital plasmada en este mapa, podremos ir adquiriendo una mayor comprensión y consciencia. Consciencia reflexiva, que poco a poco irá convergiendo hacia, al menos, una noción o atisbo de lo que implica la experiencia de la sabiduría.

¿No es esto acaso lo que de uno u otro modo, todos buscamos?, ¿la sabiduría?, o dicho en otras palabras, la expresión práctica de cómo hemos ido aprendiendo a relacionarnos con el mundo que percibimos, el cual emerge de nuestras propias creencias.

Así, el primer y último paso en esa senda entonces, es conocernos a nosotros mismos. Hay muchas tradiciones que nos orientan en aquella búsqueda, la astrología es una de ellas.

El conseguir esta comprensión e integrar este conocimiento a nuestra cosmovisión, e incluso más allá, poniéndola en práctica en nuestra vida cotidiana, debiese repercutir en el largo plazo en nuestro bienestar general; medida que por antonomasia refleja la armonía. Lugar donde radica nuestro propósito.